comer sin gluten

Comer sin gluten no es una moda.

Los problemas relacionados con el gluten existen desde que los cereales con gluten como el trigo se introdujeron en la alimentación humana durante el neolítico. De eso hace solo 5.000 años comparado con los 300.000 años que llevamos viviendo como Homo Sapiens: ¿de verdad crees que todo el mundo se adaptó como si nada a la introducción de nuevos alimentos que no habíamos comido nunca? Parece ser que no.

Actualmente, se calcula que el 40% de la población tiene una genética que predispone a sufrir celiaquía en algún momento de su vida, y se sabe que esta genética de los humanos modernos es heredada de nuestros antepasados neandertales; una genética que suponía una ventaja para la supervivencia.

Debes saber que la mayoría de estas personas con genética positiva no llegarán a desarrollar la enfermedad o a ser diagnosticadas de celiaquía por diferentes motivos, pero sí que pueden tener síntomas relacionados con el gluten que pueden condicionar y afectar la calidad de vida de una manera significativa.

También debes saber que hay personas que reaccionan al gluten sin tener una genética positiva.

Aunque desde el siglo II a.C. diferentes médicos describieron los sintomas clásicos de la celiaquía, no fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, cuando la gente sufría hambre y no había pan disponible, que se relacionó el consumo de cereales con gluten con la celiaquía, al ver que los niños celíacos del hospital mejoraban.

Por lo tanto, no hace ni noventa años que se conoce el daño que puede causar el gluten cuando llevamos más de 5.000 años consumiéndolo y sufriendo sus efectos.

Hace pocos años que se ha redefinido la celiaquía como una enfermedad sistémica que no solo se manifiesta con síntomas intestinales, y la gran diversidad de síntomas que puede dar hace que sea difícil de detectar por médicos de cabecera o especialistas poco actualizados. Además, no se está cumpliendo con el protocolo actual de celiaquía, que dice que no es suficiente descartar la celiaquía con unos anticuerpos negativos.

Es frecuente tener síntomas relacionados con el gluten que desaparecen al eliminar el gluten teniendo unos anticuerpos negativos. Por eso hace pocos años se definió la Sensibilidad al Gluten No Celíaca (SGNC), que puede dar los mismos y variados síntomas de la celiaquía, pero no da positivo en las pruebas actuales que se están utilizando.

PROTOCOLO DE DIAGNÓSTICO DE LA CELIAQUÍA Y LA SGNC

El protocolo de diagnóstico de la celiaquía ha ido cambiando a lo largo de treinta años y continuará evolucionando.

Actualmente, para diagnosticar la celiaquía, se deben cumplir cuatro de los cinco parámetros siguientes:

El primero es tener síntomas relacionados con el gluten. Para valorar esto, la persona que te atiende debe estar bien actualizada.

En segundo lugar, se valora si hay anticuerpos positivos con un análisis de sangre.

El tercer parámetro es la genética, que se puede mirar a través de un análisis de sangre o de saliva.

Y si estas pruebas salen positivas o si hay una alta sospecha de celiaquía, se debe hacer una biopsia intestinal para valorar la atrofia vellositaria típica de la celiaquía. En el caso de los niños, esta prueba no es necesaria si salen los Ac positivos.

Y el último factor a tener en cuenta es que los síntomas desaparezcan al hacer una dieta sin gluten estricta.

Se debe tener en cuenta que la evolución de la celiaquía es muy progresiva y puede tardar años en diagnosticarse, por lo tanto, los resultados pueden variar con el tiempo.

Desde mi punto de vista, no tiene ningún sentido esperar años a ver si algún parámetro sale positivo cuando hay síntomas que están afectando el bienestar de la persona y que se pueden remediar fácilmente a través de la dieta.

Además, en personas que tienen síntomas pero que no dan positivo en todas las pruebas, se debe valorar la Sensibilidad al Gluten No Celíaca, y la única manera de hacerlo es eliminando el gluten de una manera estricta y pautada durante un tiempo determinado. Si quieres que te ayude a valorarlo, escríbeme.

SÍNTOMAS RELACIONADOS CON EL GLUTEN

Los síntomas intestinales más habituales son dolores de barriga, tendencia a la diarrea o alternancia con estreñimiento, urgencia por ir al baño, distensión abdominal y otros malestares abdominales como reflujo, ardor, gases, náuseas, etc. También son típicas las llagas o úlceras bucales.

Los síntomas extra-digestivos habituales son dermatitis, dolor de cabeza o migraña, niebla mental, falta de concentración, fatiga, mareos, vértigo, pérdida o aumento de peso, dolores musculares o articulares, anemia, ciclo menstrual irregular y cambios de humor, entre otros.

También hay diferentes enfermedades y trastornos que se han relacionado con el gluten como las enfermedades autoinmunes, la fibromialgia, la fatiga crónica, la infertilidad, abortos recurrentes, impotencia, ansiedad, depresiones recurrentes, hiperactividad y diferentes trastornos mentales.

Si quieres que te ayude a entender lo que te pasa y si puede tener alguna relación con el gluten, ¡escríbeme y nos vemos en la consulta!

Alba Alonso

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