Ensalada nutritiva y depurativa con hortalizas de invierno; el gusto amargo de la escarola estimula las secreciones digestivas hepatobiliares, el apio mejora la función renal, provocando la eliminación de líquidos, la cebolla refuerza la función depurativa gracias a sus principios azufrados, con propiedades antisépticas, hipolipemiantes, anticoagulantes, expectorantes y reguladores del azúcar en sangre, siempre y cuando se consuma cruda. El rabanito, con su sabor picante, nos ayuda a descongestionar las vías respiratorias, mejora la función digestiva y aumenta las defensas. La remolacha y la zanahoria nos aportan carbohidratos además de numerosos minerales y vitaminas y, junto con el limón, son poderosas antioxidantes (podéis ver más propiedades de estas en la receta del zumo de remolacha, zanahoria, pera y limón). Finalmente, las semillas de girasol, calabaza, sésamo y lino, destacan por su elevado contenido en ácidos grasos poliinsaturados, esenciales para nuestro organismo y con propiedades antiinflamatorias, reguladoras hormonales y cardioprotectoras, además de ser una fuente importante de proteínas vegetales.
Según la dietética oriental, necesitamos consumir los cinco sabores que nos ofrece la naturaleza en las proporciones adecuadas para que todos los órganos funcionen correctamente; en esta ensalada los encontramos todos: el ácido del limón, el amargo de la escarola, el dulce de la zanahoria, el salado de la sal marina y el picante de la cebolla y del rabanito.
Una ensalada completa para los meses de frío!
Ingredientes:
- Unas hojas de escarola.
- Unas hojas de apio.
- 2 rabanitos.
- 1 cebolla tierna pequeña.
- 1 zanahoria rallada.
- 1/2 remolacha rallada.
- Medio limón.
- 1 c.s. de mezcla de semillas (girasol, sésamo, calabaza, lino…).
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal marina sin refinar.
Procedimiento:
Lava y corta las hortalizas, colócalas en un bol, añade las semillas, el zumo de medio limón, un chorro de aceite y una pizca de sal. Mézclalo todo y lista!
