El Mindful eating es el Mindfulness aplicado al acto de comer. El promotor del Mindfulness fue Jon Kabat-Zinn y quiso trasladar un concepto oriental al mundo occidental pero desvinculándolo de cualquier religión. La palabra Mindfulness quiere decir atención plena y practicarlo consiste en estar presente en el aquí y el ahora, es decir, estar pendientes de lo que hacemos y de lo que sucede en el momento presente. Así, Mindful eating, significa comer con esta atención plena.

Seguro que alguna vez has comido un alimento que deseabas con todos tus sentidos, saboreándolo al máximo y sin estar pendiente de nada más; en este momento estabas practicando Mindfulness. Seguro que, también, en alguna ocasión, has comido sin poner demasiada atención a lo que estabas comiendo ni a tus sensaciones físicas, por ejemplo, mientras mirabas la televisión, trabajabas en el ordenador o pensabas en lo que ibas a hacer después; en este momento no estabas practicando Mindfulness. Por lo tanto, comer con atención plena, consiste en comer cuando comemos y en ser conscientes de todo lo que sucede en el momento presente, tanto internamente como externamente.

Estar atentos a lo que pasa dentro nuestro significa poner atención a nuestras sensaciones físicas, por ejemplo, a las señales de hambre y de plenitud que nos envía el cuerpo, también significa ser conscientes de nuestros pensamientos, que pueden impedir que estemos presentes, o de nuestras emociones, que nos podrían incitar a comer más rápido o más de la cuenta, por ejemplo. Ser conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, en cambio, significa darnos cuenta de cómo los factores externos (televisión, ordenador, ambiente, personas…) influyen en nuestra manera de comer. La consciencia es el primer paso para cambiar los hábitos que no nos sirven o que no nos satisfacen.

Comer con atención plena nos permite disfrutar más comiendo, gestionar más fácilmente nuestras emociones, escuchar las señales del cuerpo para comer y dejar de comer cuando nos lo pide, comer más despacio, mejorar las digestiones, reducir el estrés y aumentar nuestro bienestar. Así, el Mindfulness puede ser útil para todas aquellas personas que están desconectadas de sus sensaciones físicas,  que comen más de la cuenta o que no disfrutan de los alimentos, personas que tienen dificultades para gestionar sus emociones y que recurren a la comida de manera compulsiva o para personas estresadas que comen rápido y que sufren malas digestiones.

A través de las prácticas del Mindful eating aprendemos a escuchar y a responder a las señales internas que nos envía el cuerpo para poder decidir de manera plenamente consciente qué comer, cuando comer y en qué cantidad. Algunas prácticas consisten en meditaciones de diferentes tipos y otras consisten en practicar este estado de presencia durante las diferentes actividades que hacemos en nuestro día a día como, por ejemplo, comer. El Mindful eating es un proceso que requiere tiempo y práctica, es interesante practicarlo con curiosidad y utilizarlo como herramienta de autoconocimiento, una herramienta que nos da poder porque, si aprendemos a gestionar nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestra manera de comer, estamos adquiriendo el poder para vivir la vida que queremos de la manera que queremos y, eso, sin duda, nos permitirá vivir una vida mucho más satisfactoria, coherente e íntegra.

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